martes, octubre 17, 2006

Españoles de todos los colores (2 de 2)

Lo prometido es deuda, así que vamos a revisar la situación de los hijos de inmigrantes extranjeros en España.

Se conciben dos situaciones:

1ª Niños con un progenitor español y otro extranjero: Estos niños son españoles de origen.

2ª Niños con ambos progenitores extranjeros: Estos niños deben pasar un año en España para adquirir nuestra nacionalidad, si sus padres son inmigrantes legales.

Hay casos dentro de este segundo epígrafe en el que los hijos de extranjeros pueden adquirir la nacionalidad de origen, esto ocurre cuando la patria de sus padres no otorga la nacionalidad a niños nacidos en el extranjero. Por ley ningún niño nacido en España es apátrida.
Otro caso es que se desconozca la paternidad del niño, si se sabe que nació en España, el neo-nato también adquiere la nacionalidad española directa.

Con lo anterior nos hacemos una idea de la situación jurídica en la que quedan los hijos de inmigrantes, pero, ¿qué ocurre con su situación social?

Los hijos de inmigrantes se sienten mayoritariamente del país de sus padres, más que españoles. Su sentimiento nacional español no es intenso, la mayoría se califican así mismos como "algo" españoles, mientras que si se les pregunta por la adscripción al país de sus padres, la califican de "bastante".

En esto se nota mucho la diferencia con los extranjeros adoptados por españoles que interiorizan completamente la patria de sus nuevos padres.

Otro dato relevante es que en los hijos de inmigrantes no ha calado (¿aún?) el nacionalismo. Si ya se sienten poco españoles, su sentimiento nacionalista (si viven en Cataluña, por ejemplo) es ínfimo.

Sin embargo, en otras cuestiones si manifiestan un mayor apego por España. Así, mayoritariamente se casan con españoles, y gustan mucho tanto de la comida como de la música española. Aunque sigan prefiriendo la comida y la música de los países de origen de sus padres.

Tampoco dejan pronto los estudios, pese a lo que se pueda pensar, el porcentaje de inmigrantes escolarizados con más de 16 años es muy alto, y muy próximo al español. En cuestión de empleo estarían algo peor que los jóvenes españoles en cuanto a sueldo y calificación, pero no excesivamente.

Entre sus amistades se encuentran principalmente españoles.

Hemos de concluir este segundo post de una manera un poco menos efusiva que el primero. No en vano, vemos como los hijos de inmigrantes son algo discriminados en el campo laboral y su sentimiento de pertenencia e integración dista de ser total.

Desde mi punto de vista, un puntal básico para una correcta socialización es la nacionalidad. Estos compatriotas no se sienten del todo españoles, pero tampoco pueden vivir en los países que estiman más. Esto hace que tengamos entre nosotros ciudadanos que no están del todo socializados ni lo estarán.
Sabemos que, mayoritariamente, se casan con españoles, quizás sus hijos den un paso más en el terreno de la asimilación y se sientan completamente de aquí. Eso esperamos.

Si quieres saber, pero mucho mucho, de este tema, pincha aquí.

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